Dr. Juan Agustín Valcarce León

Dr. Juan Agustín Valcarce León
Trabajando...

viernes, 23 de mayo de 2014

jueves, 22 de mayo de 2014

Child abuse/Non Accidental trauma NAT

Child abuse/Non Accidental trauma NAT

Pediatric Orthopedic Pediatric Orthopedic 

Amr Abdelgawad



Publicado el 14/5/2014
This video descibe the musculoskeletal manifestation of child abuse (non accidental trauma (NAT)). It explains the clinical presentations of child abuse and gives details about the radiographs of the injuries in these children. It will help you to differentiate between the factures due to accidental injury and NAT.

miércoles, 21 de mayo de 2014

Las lesiones, en la práctica deportiva infantil, predisponen a padecer #artrosis de adulto

Resumen #lesionesdeportivas en las extremidades inferiores

En adolescentes, las #lesionesdeportivas más frecuentes son esguinces de #tobillo y otras del miembro inferior

¿Cómo es el mecanismo de rotura del ligamento cruzado anterior?

Enfermedad de Osgood-Schlatter

http://www.tulesiondeportiva.com/lesiones/rodilla/osgood-schlatter/


Enfermedad de Osgood-Schlatter

LESIONES DE RODILLA:
ENFERMEDAD DE OSGOOD-SCHLATTER
La enfermedad de Osgood–Schlatter es una de las causas más comunes de dolor de rodilla en adolescentes activos que practican deportes. Descrita en 1903, de forma separada, por Osgood y Schlatter como una condición dolorosa de la tuberosidad tibial se creía que era una avulsión parcial de la misma en la inserción del tendón rotuliano.
Es una osteocondrosis no articular o apofisaria, una forma de osteonecrosis idiopática del núcleo de osificación de la Tuberosidad anterior de la tibia. Se ha considerado también una apofisitis por tracción.
Afecta a varones en proporción 2/1 y es bilateral en el 50% de los casos. En los niños la edad de presentación es entre los 10-15 años y en las niñas entre los 8-12.
Etiopatogenia
Se han postulado muchas teorías etiológicas: necrosis aséptica, infección, una avulsión del centro de osificación, apofisitis de tracción del centro de osificación secundario de la tuberosidad tibial debido a tracciones repetidas, tendinopatía.
La enfermedad de Osgood-Schlatter se ha descrito como una apofisitis por tracción de la tuberosidad tibial debido repetidas sobrecargas sobre el núcleo de osificación secundario de la TTA. Los estudios secuenciales mediante RMN en adolescentes sintomáticos (jugadores de tenis) han objetivado que los osículos (islotes de cartílago separado que se osifica) del núcleo de osificación son comunes y generalmente asintomáticos. Estos osículos pueden irritar o pellizcar el tendón patelar, causando limitación al correr o arrodillarse. Sin embargo en los pacientes con Osgood-Schlatter sintomáticos las RMN han objetivado alteraciones en el tendón patelar en el 100% de los casos y sólo un 32% de los casos con osículos.
Además cuando mejoraba la tendinosis patelar los pacientes se volvían asintomáticos, pese a que persistían los osículos. Por lo tanto las microfracturas o avulsiones de los núcleos de osificación no parecen ser la primera causa de dolor y limitación. Por lo tanto el concepto, de acuerdo a recientes estudios de RMN y ecografía, iría mas en la línea de una tendinopatía o entesopatía del tendón rotuliano en su inserción en el tubérculo tibial que el clásico de un daño avascular. 
Osículos en paciente con enfermedad de Osgood-Schlatter
Osículos en paciente con enfermedad de Osgood-Schlatter
Cuadro clínico
Se debe sospechar en pacientes de estas edades con dolor, inflamación y sensibilidad en la zona de la tuberosidad tibial. Los pacientes se quejan de dolor intermitente, tras los esfuerzos, el deporte, o de dolor con la extensión resistida. No existe derrame articular pero puede haber cierta tumefacción de la tuberosidad anterior de la tibia.
La enfermedad ocurre o debuta en la fase apofisaria, que corresponde con el máximo crecimiento de la placa de crecimiento. Existe una correlación entre la gravedad de la enfermedad y la duración desde el inicio de los síntomas hasta la primera visita y la fase de crecimiento. Los niños con mayor tiempo entre el debut del dolor y la visita al medico suelen tener un cuadro mas grave. También aquellos en la fase ósea de osificación tenían cuadros mas graves.
Algunos de los factores predisponentes postulados son la altura (no concluyente en muchos estudios), el peso, el Índice de Masa Corporal. En algunos estudios a mayor peso o IMC mas gravedad del cuadro. Otros factores predisponentes postulados son el aumento del ángulo Q, la retracción de isquiotibiales o triceps sural, la rótula alta y el genu valgo.
El diagnóstico diferencial lo estableceremos con el arrancamiento de la apófisis (apofisiolisis), las bursitis, tendinítis rotuliana, las enfermedades reumáticas el dolor irradiado o la osteocondrítis disecante.
Radiología
Las fases de crecimiento óseo de la tuberosidad tibial fueron definidas por Ehrenborg como: fase A, cartilaginosa, fase B, apofisaria, fase C. episisaria y D: ósea.
La gravedad de la enfermedad ha sido definida en grados: I, II y III
La gravedad de la enfermedad ha sido definida como: grado I: con ligera elevación o prominencia de la tuberosidad tibial, grado II con radiolucencia de la tuberosidad tibial y grado III con fragmentación de la tuberosidad o presencia de un osículo.
Los cambios radiológicos muestran la irregularidad de la apófisis con separación de la tuberosidad tibial en las fases iniciales y fragmentación en las fases tardías. 
Tratamiento
La resolución espontánea puede tardar en producirse 2 años. Se debe informar a los padres que no existen secuelas excepto la limitación deportiva en las fases de dolor. Excepcionalmente se puede inmovilizar la rodilla en periodos cortos, 3-4 semanas.
El tratamiento con ondas de choque ha demostrado en estudios indexados mejorar la función y el dolor en el 75% de los pacientes tratados con esta terapia, sin efectos secundarios publicados (Pediatrics). 
Aunque las infiltraciones no se han recomendado tradicionalmente algunos estudios recientes prospectivos randomizados han comparado la terapia física con la infiltración simple o con la proloterapia en adolescentes con enfermedad de Osgood-Schlatter recalcitrante y limitación deportiva.
La infiltración de la apófisis con dextroxa al 12.5% y lidocaína al 1% combinadas era superior a la terapia física o a la infiltración aislada de lidocaína en cuanto a reducción de los síntomas y capacidad física para mantener la actividad deportiva.
Las complicaciones son excepcionales. Si existe una apofisiolisis puede darse luego un cierre prematuro de la fisis, con recurvatum o una patela alta o inestable, que predisponga a la condropatía rotuliana. La apofisiolisis es indicación de reducción y síntesis quirúrgica.
Reducción quirúrgica y síntesis de una apofisiolisis. Si se daña la parte anterior de la fisis (epifisiodesis) sólo crece por la zona posterior creando una deformidad en recurvatum (arco hacia atrás).
Reducción quirúrgica y síntesis de una apofisiolisis. Si se daña la parte anterior de la fisis (epifisiodesis) sólo crece por la zona posterior creando una deformidad en recurvatum (arco hacia atrás).

¿Sabes cuándo hay que bajar el ritmo o parar de entrenar?

http://www.vitonica.com/lesiones/lesiones-deportivas-sabes-cuando-hay-que-bajar-el-ritmo-o-parar-de-entrenar


¿Sabes cuándo hay que bajar el ritmo o parar de entrenar?

lesion futbolista
En el deporte, las lesiones son, por así decirlo, un mal necesario. Cuando uno se arriesga y fuerza sus límites, es normal que exista alguna lesión, aunque por suerte las que más abundan son las de escasa gravedad. No obstante, en laslesiones deportivas es muy importante saber si es necesario bajar el rito o descansar durante un tiempo.
En la mayoría de las ocasiones, las lesiones son contusiones o problemas osteoarticulares con un tratamiento relativamente sencillo, pero que deben tenerse en cuenta y, si es necesario, habrá que bajar la intensidad del entrenamiento, o incluso, detenerlo. ¿Cómo saber qué hay que hacer en cada caso? Ahí está la cuestión.
Ya sea en el gimnasio, en deportes coletivos, individuales, de riesgo, de contacto… En general, en cualquier tipo de actividad física, las lesiones musculares o las molestias articulares son frecuentes. En algunos casos se producen lesiones, como roturas de ligamentos, fracturas o fisuras óseas, pero la mayoría de las veces, las lesiones tienen un tratamiento que se puede realizar con cierta facilidad, pero hay que detectar e intervenir correctamente.

No temas bajar el ritmo o parar ante una lesión

En caso de que una lesión tenga indicado el reposo, no hay que tener miedo a estar un tiempo descansando de la actividad habitual. Si haces ejercicio con cierta frecuencia, y sufres, por ejemplo, una lesión tendinosa (“tendinitis”, o mejor dicho, tendinopatía) o muscular (rotura de fibras), los sanitarios te van a indicar casi seguro que realices reposo, hasta que la lesión sane.
No tiene sentido querer volver a la actividad antes de tiempo, puesto que estopuede generar una curación defectuosa o, en el peor de los casos, un aumento del tiempo de curación, o una lesión que se quede sin sanar por completo.

No ignores los indicios de lesión

En ocasiones ignoramos los avisos de lesiones leves que, por sobreuso, se convierten en lesiones graves. Una fisura ósea puede convertirse en fractura. Una lesión leve de rodilla, en una que requiera operación. Una lesión muscular en una debilidad crónica. Una lesión tendinosa aguda, en una degeneración crónica del tendón por sobreuso…
No tenemos que ser hipocondríacos, pero tampoco tiene sentido ignorar indicios de lesión, sobre todo porque inicialmente pueden tener una curación en pocos días o semanas. Si la lesión se hace más grave por desatenderla, tal vez la solución sea más lenta, costosa y nos tenga más tiempo alejados de la actividad deportiva.

Consulta con especialistas

El diagnóstico médico es necesario para conocer qué lesión o patología existe, y qué opciones de tratamiento médico y farmacológico pueden ser eficaces. También, dependiendo del caso, habrá que consultar con fisioterapeutas, podólogos u otros profesionales, para dar la mejor atención a la lesión.
El objetivo del proceso es atender la lesión cuando es fácilmente reversible, y que la recuperación sea óptima, para permitir un retorno con garantías a la actividad deportiva intensa.

¿Cuándo hay que parar o bajar el ritmo?

Cuando te lo diga tu médico, tu fisioterapeuta o tu profesional con conocimientos en la materia al que acudas. Hay lesiones que necesitan de la cicatrización de tejidos, y eso tiene unos tiempos. Si no dejas que trasncurra el tiempo necesario, te arriesgas a una cicatrización defectuosa y a alargar el tiempo de convalecencia. Si acudes a profesionales acostumbrados a trabajar con deportistas, te van a dar pautas precisas, y no te van a decir que bajes el ritmo o pares si no es necesario.
Si tienes una lesión muscular, tendinosa, ósea, u otra que se pueda agravar con el ejercicio, no debes intentar entrenar y luego ponerte hielo, tomar antiinflamatorios o pasar un par de días malos hasta que se pase. Ante la duda de si debes parar o no, o consultar a un profesional por un dolor que no tenías y que empeora con el ejercicio, se inteligente: para, y acude a consulta.

¿Por qué nos lesionamos?

domingo, 18 de mayo de 2014

Se celebraron las jornadas sobre “Lesiones deportivas en niños y adolescentes”

http://agenciasanluis.com/notas/2014/05/17/se-celebraron-las-jornadas-sobre-lesiones-deportivas-en-ninos-y-adolescentes/


Se celebraron las jornadas sobre “Lesiones deportivas en niños y adolescentes”

Con un Salón Blanco repleto de jóvenes, docentes de educación física y representantes de establecimientos educativos y entidades deportivas de diversos puntos de la Provincia, este viernes y sábado se celebraron en el Salón Blanco de Terrazas del Portezuelo, las Jornadas de la Sociedad Argentina de Ortopedia y Traumatología Infantil.
El tópico central de esta edición fue “Lesiones deportivas en niños y adolescentes”, logrando una convocatoria que superó las expectativas “y que demostró el interés en la temática por parte de médicos, docentes, atletas y alumnos de distintos niveles”, sostuvo el ministro de Salud, Gastón Hissa, que junto a referentes de la Sociedad Argentina de Ortopedia y Traumatología Infantil conformó la mesa académica en la apertura del encuentro.
El tópico central de esta edición fue "Lesiones deportivas en niños y adolescentes ".
El tópico central de esta edición fue “Lesiones deportivas en niños y adolescentes “.
Al hacer uso de la palabra para dar la bienvenida y abrir las jornadas, el titular de la cartera sanitaria dijo: “Quienes trabajamos en salud trabajamos para la familia y, fundamentalmente, para los niños, niñas y adolescentes, que son el símbolo de nuestro futuro y también de nuestro presente. Es que una sociedad de jóvenes sanos es una sociedad sana, de ahí que ellos sean el principal medidor de un sistema de salud y el epicentro de la mayoría de las acciones y políticas diseñadas para tal fin.
Es en tal marco que el Gobierno de la Provincia avala, acompaña y celebra encuentros como este, que está respaldado por una entidad de tanto prestigio como la Sociedad Argentina de Ortopedia y Pediatría Infantil, y en el cual se aborda una temática de gran importancia, como lo son las lesiones deportivas en niños y adolescentes. Es de gran importancia porque de este simposio surgirán conclusiones fundamentales que beneficiarán a los jóvenes de San Luis y de toda la Argentina, y de la mano de algo que para nosotros es clave, el deporte”.
Los doctores Juan Carlos Krauthamer y Marcelo Blanco, artroscopistas del Hospital “Ricardo Gutiérrez” de Buenos Aires, fueron los principales oradores, al igual que el Dr. Mauricio Pérez Corradini, destacado especialista en cirugía espinal, de Mendoza.
Junto a estos profesionales, participaron expositores locales como Sergio Porporato, Juan Domingo Parejas, Gabriela Sobrado, Guillermo Simondi, Gustavo Moyano y Claudio Cortez, quienes se refirieron a los distintos aspectos del deporte, como sus aspectos fisiológicos, la importancia de la flexibilidad, los diversos tipos de lesiones, como las de pierna, tobillo, pie, pelvis, columna y hombro, entre las más comunes.
Estas jornadas estuvieron destinadas a médicos pediatras, cirujanos ortopedistas, residentes, instrumentadores, kinesiólogos, profesores, estudiantes de educación física y de ciencias de la salud, y atletas.
Nota y foto : Alfredo Salinas, -Prensa, Ministerio de Salud-.

sábado, 17 de mayo de 2014

MÉTODO PONSETI

 MÉTODO PONSETI
ARGUMENTO CIENTÍFICO:
Esta Revisión Sistemática demuestra que el descuido en los detalles en el Método Ponseti, lleva a tener malos resultados...
 — con Pie Equino Varo Metodo de Ponseti

viernes, 16 de mayo de 2014

APPS FOR SPORTS MEDICINE ABOUND

http://www.sportsmed.org/uploadedFiles/Content2/Publications/Sports_Medicine_Update/Sports_Medicine_Update/SMU_2014/Apps%20for%20Sports%20Medicine%20Specialists.pdf


Sports medicine specialists have access to a large (and growing) set of mobile apps to help deliver the best possible care to injured athletes. Our latest newsletter highlights several, including one from our own Dr. Dan Solomon: http://bit.ly/1lIG9A3

Bupivacaine for Pain Reduction After Iliac Crest Bone Graft Harvest /

http://www.healio.com/orthopedics/journals/ortho/%7Bcb726caa-8812-45a9-bba3-460ca5bc6fdd%7D/bupivacaine-for-pain-reduction-after-iliac-crest-bone-graft-harvest

FEATURE ARTICLE 

Bupivacaine for Pain Reduction After Iliac Crest Bone Graft Harvest

Dennis T. Lockney, MD; Jesse E. Bible, MD, MHS; Colin G. Crosby, MD; Clinton J. Devin, MD
  • Orthopedics
  • May 2014 - Volume 37 · Issue 5: e428-e434
  • DOI: 10.3928/01477447-20140430-52

Abstract

Iliac crest bone graft remains the gold standard in achieving spinal arthrodesis, but chronic pain from graft harvest occurs in up to 39% of patients. Studies have shown that a single administration of local anesthetic reduces short-term pain, but they have not adequately investigated possible longer-term benefits. The goal of this study was to determine whether local administration of bupivacaine after iliac crest bone graft harvesting reduces pain and improves patient-reported outcomes. In this prospective, randomized, controlled, and blinded clinical study, 40 patients were identified who underwent posterior spine fusion with iliac crest bone graft and were randomized to receive either bupivacaine (treatment group, n=20) or saline (control group, n=20) at the iliac crest bone graft site. Pain at the harvest site was determined by a series of 12 visual and numeric pain scale assessments. Short Form-12 mental and physical component scores, EuroQol-5D, and Oswestry Disability Index assessments were made, along with determination of patient satisfaction and self-reported outcome of surgery. Baseline pain and outcome assessments were statistically similar (P>.05). Average pain scores were lower for all 12 assessments in the treatment group at mean follow-up of 5 weeks (significant differences in 6 assessments) and 20 weeks (significant differences in 2 assessments). No significant differences were found in Short Form-12 and EuroQol-5D scores. For patients who underwent lumbar fusion, the treatment group had significantly improved Oswestry Disability Index scores (mean±SD=10.8±7.1 vs 18.7±5.9, P=.012). Significantly more patients in the treatment group reported that surgery met all expectations (90% vs 50%, P=.016). This study is the 1st to show that a single administration of bupivacaine at the iliac crest bone graft harvest site during posterior spine fusion surgery can result in improved outcomes and reduced pain far beyond the anesthetic duration of activity.
El injerto óseo de cresta ilíaca sigue siendo el estándar de oro en la consecución de artrodesis vertebral , pero el dolor crónico de la cosecha del injerto se produce en hasta el 39 % de los pacientes . Los estudios han demostrado que una sola administración de anestesia local reduce el dolor a corto plazo, pero no han investigado adecuadamente los posibles beneficios a largo plazo . El objetivo de este estudio fue determinar si la administración local de bupivacaína después de la recolección de injerto óseo de cresta ilíaca reduce el dolor y mejora los resultados informados por los pacientes . En este estudio clínico prospectivo , aleatorizado , controlado y ciego, se identificaron 40 pacientes que se sometieron a la fusión vertebral posterior con injerto óseo de cresta ilíaca y se asignaron al azar para recibir ya sea la bupivacaína (grupo de tratamiento , n = 20 ) o solución salina (grupo control , n = 20 ) en la cresta sitio del injerto del hueso ilíaco . El dolor en el sitio de la cosecha se determinó mediante una serie de 12 evaluaciones visuales y numéricos escala de dolor . Form -12 resultados Short mentales y físicas de los componentes, EuroQol -5D , y evaluaciones Oswestry Disability Index se hicieron , junto con la determinación de la satisfacción del paciente y los resultados de auto-reporte de la cirugía . Evaluaciones de dolor y de los resultados iniciales fueron estadísticamente similares ( P> 0,05 ) . Puntuaciones medias de dolor fueron menores para los 12 evaluaciones en el grupo de tratamiento en el seguimiento medio de 5 semanas (diferencias significativas en 6 evaluaciones ) y 20 semanas (diferencias significativas en 2 evaluaciones ) . No se encontraron diferencias significativas en el Short Form- 12 y valores del EuroQol -5D . Para los pacientes que se sometieron a la fusión lumbar , el grupo de tratamiento mejoró significativamente las puntuaciones de Oswestry Disability Index (media ± DE = 10,8 ± 7,1 vs 18,7 ± 5,9 , P = 0,012 ) . Significativamente más pacientes en el grupo de tratamiento reportaron que la cirugía cumplió todas nuestras expectativas ( 90 % vs 50 % , P = 0,016 ) . Este estudio es el primero que demostrar que una sola administración de bupivacaína en el sitio de obtención del injerto óseo de cresta ilíaca posterior durante la cirugía de fusión vertebral puede dar lugar a mejores resultados y una reducción del dolor mucho más allá de la duración de la actividad anestésica .
The authors are from the Department of Orthopaedics (KRO, JEB, CGC, CJD), Vanderbilt University Medical Center; and the Department of Orthopaedics (DTL), Vanderbilt University School of Medicine, Nashville, Tennessee.
The authors have no relevant financial relationships to disclose.
Correspondence should be addressed to: Jesse E. Bible, MD, MHS, Department of Orthopaedics, Vanderbilt University Medical Center, Medical Center East, South Tower, Ste 4200, 1215 21st Ave S, Nashville, TN 37232 ( jesse.bible@vanderbilt.edu).
Received: May 16, 2013
Accepted: November 08, 2013