La artrosis: un problema médico y socioeconómico
Las enfermedades reumáticas o musculoesqueléticas tienen una gran prevalencia además de una gran capacidad de inducir dolor y discapacidad. Se calcula que su impacto socioeconómico es mayor que el de las enfermedades cardiovasculares y el cáncer, llegando a suponer el 2,5 por ciento del PIB de los países desarrollados.
Sin embargo, tal y como denuncia el doctor Benjamín Fernández, Jefe de Sección de Reumatología del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, los recursos asistenciales, docentes e investigadores actuales que se dedican a las enfermedades reumáticas no son prioritarias. En una tribuna publicada recientemente en Diario Médico, el doctor apunta a los motivos de esta falta de priorización: entre ellos está el hecho de que estas enfermedades no figuren como principales causas de mortalidad o que sean degenerativas y por tanto “poco agradecidas” en cuanto a su tratamiento.
La artrosis, es la más común de las enfermedades musculoesqueléticas y una de las principales causas de discapacidad entre los adultos. El aumento de factores como la obesidad y el envejecimiento de la población además harán que las cifras de afectados por la artrosis se dupliquen en los próximos 10 años. Es por ello que el doctor Fernández destaca que la artrosis es un problema sociosanitario de primera magnitud que afecta al aumento de los costes de la atención médica y a la pérdida de productividad y de independencia.
Actualmente la artrosis no se contempla como un trastorno degenerativo pasivo, sino como un proceso activo en la que la enfermedad se desencadena debido a un desequilibrio entre la destrucción de los tejidos articulares y su reparación.
Teniendo en cuenta todo ello, el doctor Fernández da cuatro claves para afrontar el reto del manejo de la artrosis:
- La necesidad de una investigación traslacional para identificar los elementos coste-efectivos como por ejemplo un cambio de estilo de vida.
- El estudio de nuevas tecnologías que apoyen a médicos y pacientes en la toma compartida de decisiones terapéuticas.
- Una mayor formación y promoción en el uso de sistemas de información en la práctica clínica diaria.
- Tratamientos individualizados y focalizados en vías específicas de la enfermedad. En este sentido el desarrollo en los campos de la genética, la biología celular y molecular y células madre mesenquimales que abrirán nuevas perspectivas y aproximaciones.
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